Durante más de 60 años, Colombia ha estado inmersa en una guerra interna que ha dejado millones de desplazados, miles de muertos y numerosos casos de corrupción política, que han hecho tambalear su sistema democrático.
Una red clientelar de tráfico de cocaína, que ha hecho que la imagen internacional de país, se haya resentido de forma estructural y casi permanente.
El proceso de paz que se inició en 2012, significaba una enorme oportunidad para un país que desde su independencia en 1810, pero sobre todo desde el Siglo XX, no ha llegado nunca ha desarrollar el enorme potencial que tiene, tanto el potencial humano, geográfico y el de recursos naturales.
Siendo el segundo país con mayor número de hispanohablantes del mundo, solo por detrás de México.
El único país bi-oceánico de América del Sur, (Pacifico y Atlántico a través del Caribe), bastas tierras fértiles, y grandes reservas de minerales, componen su potencial exportador, el cual está muy lejos de haber tocado techo.
El único país bi-oceánico de América del Sur, (Pacifico y Atlántico a través del Caribe), bastas tierras fértiles, y grandes reservas de minerales, componen su potencial exportador, el cual está muy lejos de haber tocado techo.
Una diversidad natural que podría convertirlo en uno de los principales destinos turísticos del mundo, de no ser por la inseguridad asociada a las guerrillas, y las problemáticas inherentes a sus actividades.
Los avances hacía la paz por parte del gobierno de Juan Manuel Santos, - quien recibió el premio Nobel de la paz - https://www.youtube.com/watch?v=DAGgIBp0_5g, y los principales grupos guerrilleros colombianos, tuvieron como principal escollo, la continuidad de la guerra en sí misma.
Como en cualquier proceso de paz, la negociación nunca es lineal, algo que puede producir fricciones y generar desconfianza entre las partes.
En noviembre de 2012 las Farc anunciaron una tregua unilateral, sin embargo, el gobierno de Colombia no hizo lo mismo y mientras se negociaba la paz en La Habana, el país aún estaba en guerra.
Fueron varios los incidentes que pusieron en peligro la negociación, el momento de máxima tensión lo encontramos con el secuestro del General Rubén Álzate, en el Chocó, una medida adoptada por Las Farc en represalia por el bombardeo que dejó a 11 muertos en el Cauca. El gobierno entonces, realiza duros bombardeos contra los campamentos de la guerrilla, la cual se ve debilitada y declara un cese al fuego, que finalmente se transformó en un cese definitivo.
El expresidente Álvaro Uribe, de quien se han vertido informaciones de vínculos con grupos guerrilleros en el pasado, fue un duro crítico del proceso de paz, a pesar de que el mismo, estaba auspiciado por quien fuera su delfín, Santos.
La campaña por la re- elección de Santos en 2014, supuso otro obstáculo para el proceso de paz, ya que Santos usó el mismo como bandera política, mientras que su adversario, realizó una campaña contraría. Después de una segunda vuelta electoral, Santos fue re-electo y el proceso continúo.
Son muchos los problemas sociales que aún preocupan a los colombianos, la inseguridad en sus principales ciudades podría estar justificada, por sus enormes desigualdades sociales. La brecha entre ricos y pobres, es una de las más altas del mundo, aunque tímidamente se están dando pasos en la corrección de esas desigualdades, aún queda mucho por hacer.
Colombia hoy mira con esperanza hacía el futuro, y es paradójicamente, el destino de millones de refugiados venezolanos, país que acogió a más de 4 millones de desplazados colombianos durante el Siglo XX.
Valère Alexander
Valère Alexander
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