WHITE LINES
La nueva serie de Netflix, creada en España aunque pensada casi exclusivamente para el mercado anglosajón (inglés).
Álex Pina, el creador de la exitosa serie “La Casa de Papel”, llega con esta nueva producción, estrenada online en la plataforma de pago Netflix el 15 de mayo 2020. Aquí puedes ver el trailer.
La acogida de White Lines parecía un éxito asegurado dadas las credenciales de Pina como creador, pero ha decepcionado a más de uno, al menos aquí en España.
En estos tiempos de cine llevado a serie online, en donde cada capítulo de la gran mayoría de las series, tiene la calidad literaria y técnica de una película; los espectadores estamos tan expectantes, como exigentes por ser sorprendidos.
Las nuevas tendencias se afianzan y dejan de ser nuevas, para convertirse en algo casi predecible; mientras funcionen, seguirán en esa línea, es de suponer.
Después del pelotazo de Breaking Bad, siguió Ozark en una línea similar, que a pasar de no contar con esa originalidad, ya que tanto críticos como espectadores coincidían en la enorme similitud entre ambas, hemos de admitir que es una gran serie; logra mantener tanto la tensión como el efecto sorpresa, algo que los espectadores apreciamos mucho, y que a White Lines, le falta un poco a partir del 3 º capítulo .
Los ingredientes en una serie que trata la droga, el sexo y la desbordante vida nocturna en Ibiza, mientras se investiga un crimen olvidado hace más de 20 años, va perdiendo interés con cada capítulo. ¿Puede que haya quedado muy arriba el listón de la Casa de Papel?
Uno de los hechos más decepcionantes de la nueva serie de Pina es lo que parece ser un conqueteo constante con la promoción turística de Ibiza para el mercado inglés, como adelantaba antes, parece que ha sido pensada para ese público casi en exclusividad, algo que me sorprendió después de haber seguido la Casa de Papel.
El tema de la mafia familiar es otro cliché presente en el guion, a modo de emular el ambiente siciliano y las guerras entre familias rivales que disputan un “control” del negocio, en este caso el de la noche ibicenca, contando desde el punto de vista más hollywoodense, ¿quizá un giño al Padrino?
Las intrigas de la mafia no son demasiado protagónicas; se pierden entre el romance “simpático” entre la protagonista Zoe (Laura Haddock) y Boxer (Nuno Lopes), el chico duro de la serie.
El reparto es coherente y talentoso, eso, ante todo, salva un guion algo tirado de los pelos, y no por el devenir constantemente del pasado al presente, el público está muy acostumbrado a esa característica, sentimos que hay algo que falta.
El asesinato de Axel Collins, un D.J Superstar de los 90 que desaparece y 20 años más tarde, su cadáver es encontrado en el desierto de Almería, para mí, la mejor escena de la serie; (no os destripamos nada), esto ocurre en el primer capítulo.
Una hermana, la de Axel, que cambiará el cielo gris de Manchester por una Ibiza en verano, un gran “sacrificio” por donde se mire; todo para encontrar la verdad sobre el asesinato de Axel. Fiestas, playa, sexo, estancias gratuitas en villas de revista y romance incluido, no sé vosotros, pero más de uno nos habríamos apuntado también a la investigación del crimen.
No han invertido lo suficiente para explotar la escena musical e intentar atraer al público amante de la música electrónica, habrían podido lucirse en ese aspecto, contratando a uno o varios grandes de D.J de la escena para una memorable “sesión” como banda sonora, que mitificara la serie y salvará algunos fallos de racorrd, entre otros talones de Aquiles que encontramos en la serie. Si lo han hecho, lo siento, pero como espectadores, no nos ha llegado.
La fotografía es aceptable y hasta buena en algunos capítulos, los actores transmiten y logran meterte en la trama. Es una serie bilingüe y eso la dota de cierta originalidad. Para los fieles del doblaje, dejar el mando tranquilo, y verla en versión original por favor.
A pesar de los pesares, vamos por el capitulo 10 y no sabemos si es por el confinamiento o la mal llevada intriga, o quizá bien llevada (y no nos hayamos dado cuenta); pero seguimos y seguiremos viéndola, queremos saber quién cojones mató a Axel Collins de una puñetera vez.
Valère Alexander
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