Venezolanos en el exilio alzan su voz ante el atropello continuado de un hombre y su banda. Nicolás Maduro y sus cómplices. Buscados por narcotráfico y crímenes de lesa humanidad, estos delincuentes disfrazados de políticos, desde hace años usurpan el poder, en un país donde el hambre que generaron, es usada como arma de destrucción moral y física de millones de seres humanos. Venezuela fue un día una las democracias más estables del continente americano; un país de inmigrantes. Hoy el terrorismo de estado, el narcotráfico y el expolio de los recursos naturales y la destrucción del medio ambiente, - en complicidad con otras infames dictaduras -, desangran una tierra y un pueblo inocente y rehén del mal absoluto. Las torturas, desapariciones y ejecuciones son los métodos empleados para callar al disidente, pero el pueblo venezolano parece que ni con eso está dispuesto a rendirse. Aunque es evidente que necesitan toda la ayuda exterior de la gente de bien y que todas las opcion
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